Decir ``no``
En el post Decir NO te hablé sobre los modelos de los cuales hemos aprendido a poner límites y a decir NO. Es importante que entiendas, que más allá de las formas, el poner esos límites tiene que ver con lo más profundo de tu ser, por eso no te quedes únicamente con tips y consejos sobre comunicación, sigue profundizando en tu auto conocimiento para que esos límites se anclen en tu verdadero ser.
Más allá de esto, te comento unas pautas para que las tengas en cuenta.
- – Ponte en contacto con tus sentimientos: los sentimientos son grandes mensajeros, hablan de cómo estás interpretando la situación y provienen de tu necesidad. Para decir No, es importante que averigües qué estás necesitando. Ej. Te proponen una cena y estás cansada de tanto trabajo e ir de un lado para otro, ¿qué sientes? Cansancio. ¿Cuál es la necesidad? Descansar. El No es más accesible cuando te centras en lo que necesitas.
- – Revisa tus creencias: hay parte del trabajo que tienes que hacer con un/a profesional que te apoye y te confronte ciertas creencias, te puedo ayudar en este sentido, sobre todo porque he vivido lo mismo que tu. Debajo de la dificultad para expresar tus derechos puede haber ideas locas como “si digo que no voy a ser rechazada y no me van a querer”, “no tengo que enfadar a nadie”, “confrontar una idea es luchar”, “mejor callar”, “la vida es para vivirla y no puedo perderme nada, ya descansaré cuando me muera”, “si digo no, me siento culpable” etc.
- – Atraviesa el malestar: si piensas que no te va a suponer cierto grado de malestar las primeras veces que te expreses, estás teniendo una visión poco realista, es totalmente normal y forma parte del proceso, así como también la evitación a hacerlo. Trata de pensar que a lo que te vas a enfrentar en un principio, es algo pasajero, y después te va a traer muchas cosas buenas, seguro que en tu vida has pasado por situaciones igual de ansiogenas que han pasado a la historia.
- – Evita el exceso de explicaciones: no hace falta que te justifiques si atiendes a tu necesidad, ya lo tienes.
- – Hazle saber a la otra persona que le entiendes: Aplica tu capacidad para tener empatía, hazle saber que comprendes lo que te está pidiendo y desde qué lugar te lo está pidiendo, y después vuelve a tu necesidad
- – Empieza por algo sencillo: ¡Póntelo fácil!, empieza por cosas que no te supongan mucho reto y pasito a pasito irás construyendo el camino.
- – Date un tiempo para pensar: Me encanta este tip, porque en lo personal es lo que más me ha ayudado, en las respuestas rápidas a veces interviene demasiado nuestro ego y también es posible que a veces respondamos desde un estado emocional alterado, cuantas veces te has comprometido a cosas en un estado de euforia y, cuándo ésta se ha calmado, te has arrepentido.
- – Relativiza: la verdad es que está muy bien ser una persona coherente con su discurso, pero ten en cuenta que puedes ser flexible y cambiar de opinión.
- – Se coherente con lo que quieres transmitir: no trates de enmascarar nada, sólo se tu. Esto, en el fondo es mucho más atractivo que querer gustar todo el tiempo.
- – Mira: Cuando tienes claro lo que estás transmitiendo mira a la persona con la que estás hablando, el mensaje se transmite de manera no verbal y beneficiará a la hora de establecer un mejor vínculo con la persona. Ojo, mira bien, si cuando te están proponiendo algo haces gestos de rechazo y desagrado, por muy bonitas que sean tus palabras la otra persona va hacer caso a tu expresión y percibirá hostilidad por tu parte.
- – Tono y volumen en consonancia con el mensaje: sólo piensa en como es tu voz cuando hablas sobre algo de lo que te sientes segura/o, esto es lo mismo, si lo tienes claro no titubeas ni bajas la voz para que sea inaudible, ni mucho menos gritas.
- – Claridad en lo que dices: sin rodeos, manipulaciones o usando un código que la otra persona no maneje. No es No, tan claro como esto.
Si en tu trayectoria personal también has tenido que poner foco en esto, me encantará saber que estrategias has usado y cómo ha sido tu proceso.
El proceso de conciencia, tiene que ver con desidentificarte de tu patrón a través de la observación de los mismos y de reconocer las sensaciones y emociones y generando un espacio entre el patrón y el observador.
La conciencia está vinculada al cuerpo desde el punto de vista que cuando la carnalizamos, es mucho más accesible, gracias a las sensaciones, es posible esa especie de sexto sentido que guía, esto es, por ejemplo, cuando percibes a través de esas sensaciones que una persona no está siendo del todo honesta o cuando eres capaz de diferenciar un vacío existencial con el hambre y así no llenar ese vacío con comida.. Estas sensaciones permiten identificar el movimiento, los cambios, si estás bien o mal, sensaciones viscerales, o de relación con el entorno, el lugar que ocupas (tanto a nivel físico como dentro de cualquier sistema -familiar, amistades etc-).
Todo esto también te conecta con tu parte más instintiva, con el “ser animal”. Si quieres empezar a tener acceso a toda esa información que ya contienes, de la cual no eres consciente, tienes que aprender a escuchar al cuerpo. Al hacerlo te darás cuenta de que existen dos energías fundamentales que están presentes: la expansiva y la de contracción, una especie de movimiento pulsatorio que se da tanto en cada uno de los órganos como en el universo y que es muy parecido al de las medusas. Puedes verlo aquí.
Los desequilibrios entre ambas energías se manifiestan en la posibilidad o imposibilidad de realizar algunas acciones, una energía expansiva puede tener más dificultades para sostener algo que no le guste y una energía contractiva, dificultad para tomar acción. La energía equilibrada es la que se auto regula en función del momento, de los deseos y necesidades.
Habitualmente contraemos parte de esa energía, dado que hay una tendencia natural hacia un tipo de contracción que viene dada por el carácter, sumada a las reacciones ante los eventos externos que producen tensiones que comprimen el cuerpo e impiden la motilidad de nuestros órganos y la expansión del libre movimiento. Estas contracciones funcionan a modo de cinturones compresores que coinciden con los centros energéticos llamados Chakras.
Las técnicas corporales devuelven la posibilidad de que, tanto esa energía como el movimiento vuelva a fluir, recuperando la vitalidad y la capacidad auto reguladora del cuerpo, y hacerlo disponible para pasar a la acción cuando es necesario, y también para dar espacio al descanso, auto refugio, juego y placer, en otros momentos.