Conciencia y energía
¿De qué hablamos cuando hablamos de conciencia?, en el canal de YouTube, charlo de esto con Pamela Verdondoni, Mar Moreno, Rosalía Aguirre y Tere Olivas. Y cómo no, hablamos de consciencia in-corporada.
Empecemos por definir que es la conciencia.
Según Wikipedia es el conocimiento que tiene un ser de si mismo y de su entorno. Es la capacidad de reconocernos, de darnos cuenta de nosotr@s y de lo que nos rodea. Se trata de un fenómeno inmaterial y es, sin duda, todo un proceso. En la medida que profundizamos en nuestro auto conocimiento el proceso conciencial va ampliándose.
La ventana de Johari ilustra muy bien cómo es este proceso, se trata de una herramienta de auto conocimiento que está dividida en cuatro cuadrantes:
Área libre: conocida por la persona y por quienes le rodean, es el comportamiento público y en la medida que el tamaño de esta área crece, el nivel de confianza aumenta.
Área ciega: Es aquello que no somos capaces de ver (aún), pero que las personas pueden ver en nosotros/as.
Área oculta: Es todo aquello que sabemos de nosotros/as, pero el entorno desconoce ya que lo ocultamos por miedo de que el entorno llegue a averiguar por si nos rechaza o dejamos de gustar.
Área desconocida: Son los aspectos desconocidos e inexplorados.
Estos cuadrantes van cambiando de tamaño según te vas dando cuenta de ti misma/o (del Self) , empieces a explorar el área ciega y la desconocida vaya pasando ser conocida y por tanto, y vayas siendo, por tanto, más libre. Se trata de observar sin juzgar.
El proceso de conciencia, tiene que ver con desidentificarte de tu patrón a través de la observación de los mismos y de reconocer las sensaciones y emociones y generando un espacio entre el patrón y el observador.
La conciencia está vinculada al cuerpo desde el punto de vista que cuando la carnalizamos, es mucho más accesible, gracias a las sensaciones, es posible esa especie de sexto sentido que guía, esto es, por ejemplo, cuando percibes a través de esas sensaciones que una persona no está siendo del todo honesta o cuando eres capaz de diferenciar un vacío existencial con el hambre y así no llenar ese vacío con comida.. Estas sensaciones permiten identificar el movimiento, los cambios, si estás bien o mal, sensaciones viscerales, o de relación con el entorno, el lugar que ocupas (tanto a nivel físico como dentro de cualquier sistema -familiar, amistades etc-).
Todo esto también te conecta con tu parte más instintiva, con el “ser animal”. Si quieres empezar a tener acceso a toda esa información que ya contienes, de la cual no eres consciente, tienes que aprender a escuchar al cuerpo. Al hacerlo te darás cuenta de que existen dos energías fundamentales que están presentes: la expansiva y la de contracción, una especie de movimiento pulsatorio que se da tanto en cada uno de los órganos como en el universo y que es muy parecido al de las medusas. Puedes verlo aquí.
Los desequilibrios entre ambas energías se manifiestan en la posibilidad o imposibilidad de realizar algunas acciones, una energía expansiva puede tener más dificultades para sostener algo que no le guste y una energía contractiva, dificultad para tomar acción. La energía equilibrada es la que se auto regula en función del momento, de los deseos y necesidades.
“Si cada día pones un puñado de arena, formarás una montaña”. Buda.
Habitualmente contraemos parte de esa energía, dado que hay una tendencia natural hacia un tipo de contracción que viene dada por el carácter, sumada a las reacciones ante los eventos externos que producen tensiones que comprimen el cuerpo e impiden la motilidad de nuestros órganos y la expansión del libre movimiento. Estas contracciones funcionan a modo de cinturones compresores que coinciden con los centros energéticos llamados Chakras.
Las técnicas corporales devuelven la posibilidad de que, tanto esa energía como el movimiento vuelva a fluir, recuperando la vitalidad y la capacidad auto reguladora del cuerpo, y hacerlo disponible para pasar a la acción cuando es necesario, y también para dar espacio al descanso, auto refugio, juego y placer, en otros momentos.